Estamos inmersos en una complicada estructura política, social y económica que no es capaz, al menos por el momento, de evitar que millones de personas se encuentren en situación de exclusión y en riesgo de exclusión social.
En la Unión Europea, una de las regiones más ricas del planeta, 72 millones de europeos viven en riesgo de pobreza en la Europa de los 25 (459,485 millones de habitantes). Con la ampliación y otros factores, como la incorporación de personas inmigrantes y refugiadas, el porcentaje de población en riesgo de pobreza se mantiene prácticamente inalterado con respecto a 1999: 16 % de los ciudadanos de la EU 25 (alrededor del 20% en España).2
Otros datos importantes de esta problemática son los siguientes:
El desempleo se sitúa en el 9% de la población.
10% de la población vive en unidades familiares sin ningún empleo.
25% de la población en riesgo de pobreza tiene un empleo en su unidad familiar.
14 millones de trabajadores a tiempo completo viven en situación de pobreza.
El riesgo de pobreza es mucho mayor para las mujeres que para los hombres.
En España la extensión de la pobreza en familias y en población es superior a la media en Europa. Este hecho tiene mucho que ver con la desigual distribución de la riqueza aún existente entre nosotros y con el diferente crecimiento y desarrollo económico.
Se fija el umbral de la pobreza en el 60% de la mediana de los ingresos por unidad de consumo=6.278,70 euros anuales. Esto quiere decir que una persona que vive en un hogar en el que los ingresos anuales por unidad de consumo son inferiores a esa cantidad, se considera que está en situación de pobreza relativa. La tasa de pobreza relativa es el porcentaje de personas que están por debajo del umbral de pobreza. En España, como dijimos, es el 20% de la población*.
De acuerdo con el último Informe FOESSA (2005), se estima que hay aproximadamente 2.192.000 hogares, en los que viven 8.509.000 personas bajo el umbral del 50% de la renta media disponible neta. La pobreza predominante es la llamada «relativa», alrededor del 85% del total de los hogares considerados pobres y aunque la «pobreza severa» es minoritaria afecta a 316.000 hogares y a 1.739.800 personas. Entre ellos hay un pequeño sector de 86.000 hogares y 528.200 personas que viven en la pobreza extrema.
Más de la mitad de los hogares reciben algún tipo de prestaciones sociales. El 65,4% perciben pensiones, el 18,6% prestaciones de desempleo y el 28,1% algún otro tipo de prestación*.
Un hecho llamativo es el aumento acelerado del número de jóvenes que viven en la pobreza. El 44,1% del total de los pobres en España tienen menos de 25 años. Son niños y jóvenes. En la pobreza extrema, por ejemplo, más del 65% del colectivo tienen menos de 25 años. En el conjunto de los pobres severos el 53,2% son jóvenes o niños.
Junto con los menores, la mayor tasa de pobreza la registran las personas mayores de 65 años (casi el 30%). Entre los mayores que viven solos la tasa llega casi al 52%. Otro dato importante se refiere a los hogares de los inmigrantes, los cuales tienen una renta un 22% inferior a la media nacional, siendo el ingreso por persona un 30% menor. Uno de cada cuatro de estos hogares no llega a los 9.000 euros anuales*.
Es en este marco de avance de las desigualdades sociales y de crecimiento del conjunto de personas en situación vulnerable, en Europa y en España, el INFORME ANUAL SOBRE LA VULNERABILIDAD SOCIAL cobra plenamente su sentido.