RECOMENDACIONES PARA LA DISMINUCIÓN DE LA VULNERABILIDAD DE LAS PERSONAS EN SITUACIÓN DE DEPENDENCIA
Prevención
Entendemos que deben considerarse no sólo las situaciones de dependencia, sino los riesgos de las mismas. Ello llevaría a examinar la prevención primaria, secundaria y terciaria de las enfermedades y traumatismos, las deficiencias y la dependencia funcional. Así mismo, queremos incidir especialmente en la participación de los interesados y de los actores informales en las conductas y tareas preventivas.
Para ellos presentamos, de forma muy sucinta, algunos datos sobre efectos de intervenciones preventivas en relación al tema de la dependencia. Muchos de los proyectos e iniciativas enmarcadas en el concepto de envejecimiento saludable, constituyen adecuadas estrategias para prevenir o ralentizar las situaciones de dependencia, trabajando tanto aspectos físicos como cognitivos, emocionales y sociales
A. HÁBITOS SALUDABLES
Las personas mayores que tienen hábitos saludables muestran cuatro veces menos dependencia que aquellos que fuman, beben demasiado, no hacen ejercicio y están obesos. Además, en aquellos con hábitos saludables, si finalmente aparece la dependencia, ésta se pospone 7,7 años.
El ejercicio físico regular reduce la mortalidad en un 30% y es un factor protector del deterioro cognitivo.
Otros temas como la prevención de accidentes domésticos, el control de la automedicación, etc... entran también en este capítulo
B. FUNCIONAMIENTO COGNITIVO
Una mayor frecuencia de actividad cognitiva en la vida cotidiana está asociada con, aproximadamente un decremento del 19% en la tasa anual de deterioro cognitivo y es considerada como un indudable factor protector de la demencia. Los efectos del entrenamiento cognitivo son de una magnitud equivalente al declive esperado en personas sanas (sin demencia) entre 7 y 14 años. Los entrenamientos de la memoria tienen efectos de 0,75 desviaciones estándar tanto en tests de memoria como en la percepción subjetiva.
La estimulación cognitiva es una herramienta muy utilizada en los dispositivos de atención a personas dependientes.
C. FUNCIONAMIENTO EMOCIONAL
El afecto positivo reduce la probabilidad de morbilidad y mortalidad (en condiciones como accidentes cerebro-vasculares, problemas coronarios, etc.). La activación de emociones positivas está asociada con cambios positivos en el sistema cardiovascular, endocrino e inmune. Por otro lado, auto-estereotipos positivos, en comparación con negativos incrementan la salud y la longevidad 7,5 años. En definitiva, actitudes positivas hacia la vida son protectoras de la fragilidad en as personas mayores.
Tan importante como reforzar la autoestima de las personas mayores lo es combatir la discriminación por edad, el “ageismo”, tan presente en las sociedades actuales, que asocian el envejecimiento a deterioro, inactividad, clase pasiva y problema económico.
D. PARTICIPACIÓN E IMPLICACIÓN SOCIAL
Los lazos sociales no sólo son esenciales para el bienestar de las personas mayores sino que tienen un rol predominante en la salud y la longevidad. Personas con amplias redes de apoyo social tienen un 50% menos de riesgo de mortalidad que aquellos con redes de apoyo reducidas. Las personas mayores socialmente implicadas tienen una menor probabilidad de discapacidad y dependencia. Las personas más activas tienen una menor prevalencia de discapacidad.
El apoyo social y el mantenimiento de redes es una de las garantías más seguras cuando se habla de luchar contra la dependencia. Todos los proyectos y estrategias centrados en la construcción de vínculos de relación social y en la participación de las personas afectadas en su comunidad deben ser priorizados cuando se trata el tema de la dependencia. Otro sector en el que debemos fijarnos cuando tratamos temas como el aislamiento y la soledad, es el de las personas que cuidan, cuyas redes de relación social se ven reducidas a causa del rol que desempeñan. Servicios de respiro y sustitución del cuidador, dispositivos de autoayuda; formación en el tema de los cuidados, apoyo psicológico, etc... y fomento de la red social son absolutamente imprescindibles.
Necesidad Formativa y Reconocimiento profesional
El Proyecto de Ley aprobado por el Gobierno el 21 de Abril de este año, constituye un nuevo punto de inflexión de las políticas sociales y ya se conoce como el cuarto pilar del Estado de Bienestar.
Desde nuestro punto de vista es de una enorme trascendencia al definirse y estructurarse la atención como un derecho del ciudadano/a, que, por el motivo que fuera, no puede valerse por sí mismo.
Tiene por tanto un carácter individual, es público y su acceso no tiene restricciones, participando en su aplicación todas las administraciones (estatales, autonómicas y municipales) y esencialmente es Constitucional.
Su camino a través de las Cortes parece determinar su entrada en vigor en el año natural 2007, para lo que es necesario ir facilitando la viabilidad de la misma. Para ello, es desde luego fundamental la creación de un Sistema de Autonomía y Atención a la Dependencia, que a nivel territorial desarrolle una red de utilización pública que integre de una manera coordinada los Centros y servicios Públicos y Privados.
Queremos expresar nuestra clara decisión de cambio se trata de facilitar la aplicación del Libro Blanco y de poder dar respuesta poniendo en marcha las estructuras de aplicación técnica con el fin de que no aparezcan problemas en la implementación de la mencionada Ley.
En esa gran responsabilidad, aparece como mandato la necesidad de formación a tres niveles para garantizar la capacidad y calidad de los recursos humanos participantes en el cumplimiento y aplicación de la citada Ley. El binomio formación calidad, es para nosotros un indicador claro para la mejora en la calidad de vida de las personas en situación de dependencia.
1. La formación de profesionales especializados, altamente cualificados.
2. La formación de los profesionales en atención, asistencia y cuidados a ciudadanos en situación de dependencia.
3. La formación y capacitación del personal de los servicios y de asistencia personal.
Como ocurre en casi todos los aspectos y características sociales los cambios son elementos de la vida cotidiana y, de la adaptación a los mismos y su afrontamiento, es de donde surgen los instrumentos y las estructuras que deben ser incorporadas para responder a las nuevas demandas sociales.
Normalmente las estructuras sociales van más lentas que el cambio social cotidiano pero el resultado final es que las estructuras sociales no tienen mas remedio que asumir la experiencia de estas iniciativas y reglamentarlas de tal manera que se constituyan como algo reconocido dentro de los sistemas y servicios con los que nos dotamos.
A. LA FORMACIÓN DE PROFESIONALES ESPECIALIZADOS, ALTAMENTE CUALIFICADOS.
Entendemos que un curso de especialización para el profesional altamente cualificado, con la aplicación de criterios homogéneos y uniformes como herramientas de valoración de la condición de persona en situación de dependencia, en todos y cada uno, de los ciudadanos/a que por derecho lo soliciten, es una garantía para la viabilidad de la Ley de Autonomía Personal y Atención a las Personas en Situación de Dependencia y una seguridad para la posterior administración de los recursos puestos a disposición de las personas en situación de dependencia. Es decir, que garantice limpieza, transparencia y sobre todo que use una metodología que no dependa expresamente de las conclusiones subjetivas del evaluador.
Es el punto de partida y la condición imprescindible en la aplicación de la mencionada Ley de Autonomía Personal y Atención a las Personas en Situación de Dependencia, puesto que se trata de determinar desde un perfil técnico en que condiciones y con que intensidad aparece la Dependencia del ciudadano/a objeto de la Ley. Hablamos del profesional de la valoración de la dependencia que debemos entender como instrumento de Valoración y formación simultáneamente y al que necesariamente debemos remitir a los posibles beneficiarios.
El punto de partida para el inicio de un proceso de formación de formadores y de especialización de quienes efectúan las valoraciones, es el contar con una masa crítica profesionalizada para que se puedan hacer cumplir los tiempos previstos para la aplicación de la mencionada ley.
B. LA FORMACIÓN DE LOS PROFESIONALES EN ATENCIÓN, ASISTENCIA Y CUIDADOS A CIUDADANOS EN SITUACIÓN DE DEPENDENCIA.
En este segundo nivel creemos que un perfil homogéneo en la formación del profesional de atención, cuidado y asistencia a la dependencia es ahora una condición inexcusable. Este perfil debe considerar las experiencias de todos aquellos movimientos que, por la novedad o por la colateralidad de las consecuencias, o simplemente porque son sufridores del problema, se han ido desarrollando a la vez que iban creciendo las condiciones de dependencia de los ciudadanos /as de nuestra sociedad.
Es decir, se trata sencillamente de ofrecer a la persona en situación de dependencia un profesional que tenga un perfil homogéneo y uniforme; y que la persona que coordina las actuaciones de distintos profesionales que aplican herramientas y técnicas diferentes debe ser un referente común cara a la persona dependiente y a su familia.
Los objetivos deben centrarse en dotar de unos conocimientos teóricos y prácticos a todas las personas que se han movido alrededor de alguna de las condiciones de dependencia y que constituyen un grupo social no reconocido en relación a esa atención. Es decir que nos planteamos ajustar el nuevo perfil del trabajador dedicado a la dependencia y por tanto profesional de la misma con el fin de facilitar la intervención profesional en la aplicación concreta y territorial del sistema de dependencia.
C. LA FORMACIÓN, CAPACITACIÓN Y SEGUIMIENTO DEL PERSONAL DE SERVICIO Y ASISTENTE A LA PERSONA EN SITUACIÓN DE DEPENDENCIA
La Ley asume perfectamente la evolución de la estructura familiar y desde luego se solidariza con la condición de la persona allegada, afectada indirectamente, o cuidadora informal que es generalmente un familiar directo y en la mayoría de las ocasiones, una mujer.
Creemos que es necesario hacer aflorar los sentimientos de ambas, la persona que cuida y la persona en situación de dependencia. Socialmente damos por seguro que la responsabilidad en la atención de la persona en situación de dependencia se asume en la familia y esto es precisamente tanto mas cierto cuanto mas profunda o intensa es la dependencia. Tenemos que señalar, sin embargo, que esta circunstancia que entendemos como natural no es en si misma una situación estable y adaptativa, sino inestable y tensional.
Los motivos son fáciles de entender y claramente expresivos, es imposible dedicar el tiempo que dedicamos a la dependencia a otra cosa, por tanto la calidad de vida es peor, la persona tiene menos alicientes esto tiene un efecto negativo en la eficacia del cuidador.
El burn-out puede originar conductas desadaptadas y cierta beligerancia con el personal de los recursos dedicados a la discapacidad y dependencia.
La profesionalización, la capacitación del cuidador y la inversión en recursos humanos y materiales es una forma idónea de combatir esa confrontación.
Pero además es importante poner de manifiesto el conflicto entre las percepciones personales, sobre todo del tiempo entre la persona en situación de dependencia y el cuidador informal.
Supongamos un problema músculo esquelético, de inmovilidad o grave dificultad de movimiento. La persona en situación de dependencia tiene una clara dificultad para el movimiento y se hace imprescindible el cambio de postura. Imaginemos una habitación con la persona en situación de dependencia postrada en la cama o sentada en un sofá y el cuidador dormido o ensimismado en sus pensamientos.
La necesidad del cambio aparece, la persona en situación de dependencia aguanta, esperando que el cuidador se despierte o una circunstancia mágica que implique el cambio de situación; pero esto no ocurre y, cuando ya no puede mas, la persona en situación de dependencia solicita el cambio y el cuidador al que le llega la información en ese momento, lo percibe como un hecho imperativo y sin consideración a la situación que él tenía.
Es un claro conflicto de percepciones que está pidiendo a gritos y exigiendo la atención profesionalizada por derecho que en este caso podría asumir el propio allegado con su capacitación y con el reconocimiento económico y social correspondiente. Es pues necesario resolver la ayuda técnica en la facilitación y adecuación de los casos personales a las exigencias de la dependencia.
El objetivo esencial y primordial es el reconocimiento académico e institucional de la actividad cotidiana, de la actividad del día a día desarrollada por lo que hemos denominado persona allegada o cuidador informal de la persona en situación de dependencia, con la característica expresa de que este reconocimiento debe desarrollarse después de un curso de capacitación que enmarca las conductas y las habilidades del cuidador y las adecua a las necesidades de la persona en situación de dependencia.
De todas formas, el término cuidador no es el más adecuado, por no ser de aplicación general, ya que la mayor parte de las personas con discapacidad que deben ser objeto de aplicación de la Ley, son capaces de cuidarse por si mismas, y lo que realmente necesitan son “asistentes personales” para realizar determinadas actividades.
Las nuevas tecnologías (TIC) como vía de apoyo a la vida independiente
Las TIC constituyen una gran oportunidad para el apoyo a la vida independiente, la accesibilidad y la integración de las personas con discapacidad.
Según la iniciativa e-Accessibility, “el uso de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC) se está convirtiendo rápidamente en una parte esencial de la vida económica, educativa y social de los ciudadanos europeos. Existe una preocupación acerca de la plena accesibilidad de los nuevos productos y servicios, especialmente para las personas ancianas y las personas con discapacidad.
Al mismo tiempo, las TIC ofrecen un enorme potencial para ayudar a esos grupos a mantener y mejorar su calidad de vida, su integración y su independencia”. [e-Accessibility, 2002]
En este párrafo propuesto por la Comisión Europea en el año 2002 se establecen las dos ideas claves en la relación entre las nuevas tecnologías y las personas con discapacidad: accesibilidad a las TIC y las TIC como apoyo a la vida independiente.
Accesibilidad a las TIC
Es cada vez mayor el número de servicios, tanto prestados por entidades públicas como privadas, a los que los usuarios acceden por medio de terminales y servicios TIC. Además no es infrecuente que algunos de esos servicios, que tradicionalmente se prestaban de una forma presencial, se presten en la actualidad sólo a través de Internet, el Teléfono o Máquinas Expendedoras.
Lo cierto es que un buen número de personas no pueden, por unas u otras razones, acceder a esos servicios. Las razones pueden estar entre las siguientes:
Limitaciones geográficas en la disponibilidad. Existen áreas del planeta donde simplemente no se prestan servicios electrónicos. Por ejemplo, la cobertura de servicios de telefonía móvil, o incluso la fija, sufre retrasoss rurales con baja densidad de población, en comparación con las zonas urbanas, donde los servicios se comienzan a prestar con mayor prontitud.
Aspectos de género: las mujeres han tenido tradicionalmente mayores dificultades para acceder a los servicios de nuevas tecnologías. Esta diferencia, que tiende hoy en día a desaparecer, se mantiene aún en países donde la cultura, y la religión fundamentalmente, relegan a la a un segundo plano.
Edad: Las personas mayores suelen utilizar las nuevas tecnologías en menor medida que la población joven y de mediana edad.
Diferencias socio-económicas: Por citar un solo ejemplo para ilustrar esta circunstancia, la mitad de la población mundial nunca ha realizado una llamada de teléfono.
Limitaciones funcionales: Las personas que tienen algún tipo de discapacidad se encuentran con problemas de muchos tipos a la hora de acceder a productos y servicios de la sociedad de la información.
De los factores limitadores mencionados, los tres primeros (localización geográfica, género y edad) se puede decir que han ido perdiendo relevancia poco a poco. En cuanto al caso de los dos últimos (diferencias socio-económicas y discapacidad) parecen tratarse de limitaciones más poderosas, de carácter estructural, contra las que habrá que luchar con recursos más integrales.
Está claro que las nuevas tecnologías han proporcionado un claro apoyo a las personas con discapacidad para que puedan adquirir mayor autonomía, ganando en independencia frente a la todavía necesaria asistencia personal. Las personas con discapacidad todavía se enfrentan, sin embargo, a un buen número de problemas como usuarios de los productos y servicios de la sociedad de la información en la Unión Europea [EC, 2005]:
Ausencia de armonía en los servicios, por ejemplo la falta de acceso a los servicios de emergencia 112 en muchos estados miembros.
Falta de interoperabilidad en las soluciones existentes para la accesibilidad de las TIC.
Existencia de software comercial no compatible con ayudas técnicas, tal y como los lectores de pantalla que a menudo resultan imposibles de utilizar con nuevas versiones de los sistemas operativos.
Interferencia entre productos de uso masivo y ayudas técnicas, como la que ocurre entre los teléfonos móviles GSM y las prótesis auditivas.
Ausencia de estándares aplicables en toda la Unión, como lo prueba la existencia de hasta siete estándares distintos de teléfonos de texto para personas con discapacidad auditiva.
Falta de servicios adecuados, como lo evidencia la abundancia de sitios web oficiales de gran complejidad de uso, que limita el acceso de personas con limitaciones cognitivas.
Ausencia de productos y servicios para ciertos grupos de usuarios, como la comunicación telefónica para usuarios de lengua de signos.
Diseño físico que dificulta el uso, como ocurre en la inmensa mayoría de modelos de teléfonos móviles, con teclados de dimensiones cada vez más reducidas.
Limitación de la oferta en disponibilidad, precio y calidad de servicios TIC accesibles.
Algunos de estos problemas pueden quedar solucionados por la propia tecnología. En este sentido, por ejemplo, han surgido dispositivos bluetooth que permiten la comunicación por móvil sin interferencias con audífonos o prótesis auditivas.
Por otra parte, el uso masivo del correo electrónico y SMS han permitido una comunicación por texto que desplaza al teléfono de textos para personas con discapacidad auditiva, o herramientas más interactivas tipo chat y su paulatina integración en los dispositivos móviles permiten una comunicación fluida que se asimila a una conversación telefónica. Además, la llegada de la banda ancha facilitará la transmisión de vídeo, necesaria para la comunicación la lengua de signos.
Finalmente, han surgido estándares de integración de “Diseño para Todos”, como la W3C, que da las pautas de diseño para facilitar el acceso de las personas discapacitadas a las nuevas tecnologías.
Aún así, aún queda camino por recorrer para la plena adaptación de la tecnología a las personas (y no las personas a la tecnología), de forma que ésta constituya un elemento de integración en lugar deaportar nuevas barreras a ella.
Las TIC como elemento de apoyo a la vida independiente
Como ya se ha mencionado, las TIC pueden facilitar la autonomía y la integración de las personas dependientes. El especto de la nuevas tecnologías es inmenso, pero en este informe se intentará dar una visión general de qué pueden aportar clasificándolas por tecnologías.
DOMÓTICA
El desarrollo tecnológico, relacionado sobre todo con las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC), facilita el cambio de paradigma que hoy en día se está produciendo en la prestación de servicios sociales y de salud.
Los servicios que tradicionalmente se han venido prestando en las residencias y los hospitales, se van a ir acercando gradualmente a otros ámbitos más cercanos a la vida cotidiana de las personas, como el centro de salud o su propio hogar.
Un ejemplo son las plataformas tecnológicas de hogar digital. Estas plataformas constituyen un instrumento de accesibilidad que permite evitar, compensar, mitigar o neutralizar las limitaciones funcionales, contribuyendo a una mayor autonomía personal y calidad de vida al facilitar el acceso a dispositivos domésticos y a recursos asistenciales externos [ICTSB, 2000]. Desde el punto de vista del apoyo a la vida independiente se puede decir que, genéricamente, estas plataformas integran cuatro tipos de servicios: control de entorno, monitorización personal, gestión de alarmas y comunicación [ETSI, 2005]:
Servicios de control de entorno. Los servicios de control de entorno permiten que las aplicaciones y dispositivos del hogar estén controlados por los usuarios de acuerdo a sus habilidades y preferencias. Las personas mayores y personas con discapacidad encuentran numerosas dificultades cuando intentan utilizar dispositivos del hogar, pues es habitual que estos no se ajusten a sus habilidades físicas, sensoriales o cognitivas. El uso de los servicios de control de entorno se puede contemplar como un elemento clave en la naturalización de la relación con el entorno del hogar.
Ejemplo de caso de uso: una mujer con limitaciones funcionales, se encuentra en su hogar y desea bajar las persianas. Mediante interacción por voz con su plataforma domótica, activa la orden “Bajar persianas”. En un instante, las persianas motorizadas de su hogar se bajan y el sistema domótico le indica a la mujer la realización de la acción.
Información y comunicación. La información, la comunicación y los servicios educativos juegan un papel de creciente importancia en la distribución de servicios para el cuidado de la salud. Con el desarrollo técnico que actualmente ofrece acceso continuo a redes de banda ancha, la visión de un mundo donde los recursos TIC que nos rodean mejoran la calidad de nuestras vidas, es más realista que nunca, y promete servicios muy interesantes en el campo de la prevención o la asistencia a la comunicación.
Monitorización personal. Los servicios de monitorización personal se dividen en dos áreas generales: monitorización fisiológica y monitorización de actividades de la vida diaria. Típicamente, la monitorización fisiológica requiere que el cliente utilice un sensor para medir uno o más parámetros fisiológicos que serán guardados localmente, o remotamente en un archivo electrónico del paciente. La monitorización de actividades de la vida diaria está basada habitualmente en el uso de sensores distribuidos en el entorno del hogar del cliente, y los eventos detectados tienen que ver con su actividad, caídas, salidas inesperadas del domicilio, etc.
Ejemplo de caso de uso: una persona mayor dispone de un sensor de caída que lleva cómodamente integrado en su ropa habitual. De repente, tropieza con una alfombra y sufre una caída. Dicha situación es detectada por el sensor que manda una señal a un centro de gestión que automáticamente trata de ponerse en contacto con el anciano para comprobar que se encuentra en perfectas condiciones. En caso de no recibir respuesta del señor, el centro de gestión mandaría algún tipo de servicio asistencial para verificar su estado de salud.
Gestión de alarmas del hogar. Se refiere a la monitorización basada en TIC y parámetros de control del entorno relacionados con el bienestar general de aquellas personas que necesiten de cuidados. Algunos ejemplos son los servicios de monitorización del entorno del hogar como medio de proteger a los habitantes de los accidentes (escapes de gas, inundaciones, fuego, etc.) y las alarmas antirrobo.
Ejemplo de caso de uso: una anciana se encuentra en su cocina preparándose su cena. A esa hora comienza su programa de TV habitual y se va al salón, olvidándose de cerrar el gas. El sensor de gas instalado en su hogar, detecta la situación de escape y automáticamente la plataforma de hogar cierra el suministro de gas. A su vez, se transmite una alarma tanto en el hogar como a una central de gestión que se pone en contacto con la mujer para comprobar que se encuentra bien.
TELEASISTENCIA
La asistencia domiciliaria, hoy en día, no puede concebirse sin el apoyo de las TIC. En una sociedad cada vez más envejecida, los servicios de teleasistencia domiciliaria cobran una importancia vital. En la actualidad, se constituye como un servicio público, y en la Ley de Autonomía Personal como un derecho. En 2004, el número de personas que se beneficiaban de él era de unas 150.000 personas, aproximadamente 20 veces más que hace diez años.
La teleasistencia es un servicio que proporciona asistencia a través de TIC con apoyo de medios personales en respuesta inmediata ante situaciones de emergencia, inseguridad, soledad o aislamiento. Su característica principal es que permite una atención inmediata cuando se necesita. Así, es posible la permanencia de los usuarios en su medio habitual en un entorno seguro, aumentando su autonomía, independencia y calidad de vida.
TELEASISTENCIA FIJA
Los sistemas tradicionales de teleasistencia, se basan en un dispositivo de usuario pequeño, tipo colgante o pulsera, que dispone de un botón de alarma que, cuando se pulsa, lanza una llamada al Centro de Atención a través de la línea telefónica. El Centro de Atención, entonces, evalúa las actuaciones a seguir en cada caso.
TELEASISTENCIA MÓVIL
El gran problema que tienen los sistemas de teleasistencia fija es que sólo proporciona seguridad en el interior del hogar. Este inconveniente se ha visto solucionado con el auge de las comunicaciones móviles GSM (Global System for Mobile communication) y la adopción de la tecnología de localización GPS (Global Positioning Subsystem). Así, surge la teleasistencia móvil, que aporta una ventaja clara frente al sistema tradicional: la movilidad de la persona. La teleasistencia móvil se basa en un dispositivo con GPS integrado y antena GSM y se caracterizan por su simplicidad y facilidad de uso. La dinámica del servicio consiste en que, una vez pulsado el botón de alarma, el dispositivo lanza una llamada de voz al Centro de Contacto, y al mismo tiempo le envía las coordenadas de localización del usuario, obtenidas por GPS.
De esta forma, las personas pueden tener completa movilidad, libertad y autonomía, sin mermar su seguridad.
TELEASISTENCIA CON SERVICIOS AÑADIDOS
La tendencia de la teleasistencia es complementar los servicios reactivos, en los que se provee localización y asistencia, con los servicios proactivos, más orientados a la prevención.
Así, se complementa la domótica y la teleasistencia para tener un sistema centrado en el usuario en el que se puede integrar:
Seguridad pasiva con control de incendios, gas, inundaciones, etc.
Acceso a contenidos e información sobre actividades de ocio y tiempo libre, transportes, servicios públicos, etc. que fomenten la participación social
Acceso a contenidos e información sobre hábitos saludables, alimentación, higiene, prevención, etc.
TELEASISTENCIA INTEGRADA EN LA INTELIGENCIA AMBIENTAL
Inteligencia Ambiental es un término que está cobrando mucha fuerza. Los entornos de Inteligencia Ambiental se caracterizan por su ubicuidad, transparencia e inteligencia, en los que los dispositivos y los ordenadores se difuminan en el fondo de dicho entorno, mientras que los individuos se encuentran rodeados de interfaces inteligentes e intuitivas integradas en todo tipo de objetos cotidianos. Se basa en tres tecnologías fundamentales:
Computación ubicua, favorecida por la progresiva miniaturización de los procesadores y el aumento de sus prestaciones, que permite que máquinas cada vez más potentes se integren de forma casi invisible en cualquier elemento del entorno.
Interfaces inteligentes, con entradas y salidas multimodales, que permiten una interacción natural con la tecnología.
Comunicación ubicua, favorecida por el gran desarrollo de las comunicaciones móviles e inalámbricas.
COMUNICACIONES MÓVILES E INALÁMBRICAS
Es indudable que las comunicaciones móviles han tenido una extraordinaria influencia en la vida de las personas. Un gran número de actividades que tradicionalmente requerían el desplazamiento físico de las personas han sido sustituidas por medios electrónicos. Además, las comunicaciones móviles representan un potencial de aplicaciones muy importante para ayudar a salvar barreras o limitaciones a la movilidad de las personas.
En este sentido, las ventajas que las comunicaciones móviles e inalámbricas aportan son indudables [TICD-DD, 2005]:
Para las personas con discapacidad o en situación de dependencia, las comunicaciones móviles representan un medio fundamental para la integración en el mundo laboral, económico y social.
La telefofonía móvil, con más de un 100% de penetración en España, constituye una plataforma ubicua de servicios personales, acentuada al aumentar cada vez más su capacidad multimedia y de cómputo.
Las redes de comunicaciones inalámbricas de corto alcance (Bluetooth, Zigbee, UWB, RFID) permiten la conexión de multitud de dispositivos, con capacidad de envío de información, relevante para una gran gama de servicios.
Son estas tecnologías las que posibilitan las redes de sensores imprescindibles para los entornos domóticos y de inteligencia ambiental que tanto contribuyen a la autonomía de las personas.
El papel de las empresas
Por sus objetivos, la empresa, en principio no es un agente activo en relación con la Ley de Promoción de la Autonomía Personal y Atención a las Personas en Situación de Dependencia y a sus Familias que cae en el ámbito de la relación entre la Administración Pública y la Sociedad en general.
No obstante y desde un nuevo paradigma de la empresa como agente social (responsabilidad social corporativa, RSC), no sólo orientado a la consecución de beneficios hay aspectos en los que puede incidir para reducir el nivel de dependencia de las personas y aumentar su grado de autonomía.
En este sentido se proponen unas líneas de acción que la empresa puede desarrollar desde el ámbito privado, que van en la misma dirección que los objetivos de la nueva norma.
Política de beneficios sociales. Dentro de la política de beneficios sociales de las empresas es de esperar que junto a la contratación de seguros de salud privados, a cargo de empresa y trabajador, se extienda la misma modalidad para seguros de dependencia, práctica actualmente escasa y que se desarrollará en un futuro.
Establecer medidas de flexibilidad laboral:
Horaria: Tanto para la persona en situación de dependencia, que podrá seguir trabajando en función de limitaciones físicas o psíquicas determinadas (horarios...) como para el cuidador, sobre todo familiar que podrá ejercer su función de apoyo a la persona en situación de dependencia si tiene horarios flexibles, trabajo en casa (teletrabajo, semana comprimida, trabajo a media jornada...). Las políticas de conciliación inciden directamente en este objetivo.
Funcional: Teniendo en cuenta determinadas limitaciones físicas o cognitivas, la empresa puede adaptar el trabajo de la persona a las posibilidades que le permita su nueva situación sin reducir la productividad y de acuerdo la legislación laboral y de la Seguridad Social.
Jubilaciones progresivas: Aún no es una práctica extendida, pero es de esperar que se desarrolle en un futuro la posibilidad legal de abandonar el trabajo progresivamente en función de las necesidades de la empresa y del empleado. Esta flexibilidad podrá incidir indirectamente en la constricción de la morbilidad por que supone un alargamiento de la actividad física y emocional.
Prevención de riesgos laborales. Incide directamente sobre la siniestralidad y por consiguiente en la generación de situaciones de dependencia y limitación de autonomía tanto física como psíquica.
Crear entornos accesibles. La certificación de los espacios de trabajo como entornos accesibles, permitirá la autonomía de personas (empleados) sobre todo con limitaciones físicas. La accesibilidad abarca desde el espacio físico (certificación UNE 170001-1) hasta la accesibilidad tecnológica (teléfonos, web...) para aumentar la autonomía.
Diseño de productos y servicios: El aumento de personas con limitaciones ha ido promoviendo la filosofía de “Diseño para todos” bajo el paradigma de que lo que puede ser facilitador para un discapacitado también lo será para personas sin problemas de autonomía. Además este incremento numérico en las personas con necesidades de ayuda hará que los productos y servicios sean rentables y no solo responda a un enfoque de acción social.
Avances tecnológicos: En línea con el punto anterior, las TIC pueden permitir grandes avances en la autonomía, sobre todo en sistemas de comunicación, gestión de la vida personal (domótica.....) y movilidad.
Promover un entorno saludable: De acuerdo con los estudios de prevención, un entorno saludable producirá una constricción de la morbilidad con acciones concretas: promoción del deporte (retrasando la dependencia física), de redes sociales (emocional) y de actividad mental (cognitiva). En este sentido destacaría la promoción de actividad física a través de clubes, de vida social en asociaciones y la definición de puestos “enriquecidos”.
Acción social: La progresiva extensión de los programas de voluntariado en las empresas ya permite en muchos casos la atención y ayuda a personas en situación de dependencia. Es de esperar que esta tendencia vaya en aumento colaborando con la Administración en la atención a mayores, discapacitados.... y promoviendo la Autonomía personal.
Preparación para la jubilación: Las empresas pueden establecer programas como parte de su acción social con los propios empleados que les preparen para la nueva etapa en aspectos como la salud, el estilo de vida, las relaciones emocionales, información financiera y económica, etc. y el asociacionismo de ex empleados.